La pequeña Kahlúa fue un obsequio de nuestra comadre Lupita Parres, de Cancún. Ella es la dueña de la Negra, mamá de Kelly.
La Comadre, así como nosotras, aunque lo quiera negar, también tiene corazón de pollo y anda promocionando la buena actitud hacia los animales y la esterilización para evitar sobrepoblación de los mismos.
Y resulta que en su centro de trabajo había una perrita que se había abonado a vivir ahí, y Lupita se encargó de que estuviera alimentada y con buena salud. La llamaron Pelusa y tuvo ahí mismo a sus crías. De ahí nació la pequeña Kahlúa.
Pelusa y sus cachorros
"La verdad, comadre... no creo que crezca mucho. La Pelusa no es muy grande.", fue la aseveración de Lupita ante nuestra interrogante sobre el futuro tamaño de nuestra nueva adquisición.
Pero Kahlúa creció, y creció y creció. Hasta la fecha no sabemos si es de raza canina o equina.
Un dato chistoso sobre Kahlúa es que se marea viajando en automóvil. Cuando viajamos de regreso de Cancún con ella durante todo el camino se la pasó vomitando. Me recordó cuando yo solía tener mis famosas crudas después de un día de juerga.
La Comadre, así como nosotras, aunque lo quiera negar, también tiene corazón de pollo y anda promocionando la buena actitud hacia los animales y la esterilización para evitar sobrepoblación de los mismos.
Y resulta que en su centro de trabajo había una perrita que se había abonado a vivir ahí, y Lupita se encargó de que estuviera alimentada y con buena salud. La llamaron Pelusa y tuvo ahí mismo a sus crías. De ahí nació la pequeña Kahlúa.
Pelusa y sus cachorros"La verdad, comadre... no creo que crezca mucho. La Pelusa no es muy grande.", fue la aseveración de Lupita ante nuestra interrogante sobre el futuro tamaño de nuestra nueva adquisición.
Pero Kahlúa creció, y creció y creció. Hasta la fecha no sabemos si es de raza canina o equina.
Un dato chistoso sobre Kahlúa es que se marea viajando en automóvil. Cuando viajamos de regreso de Cancún con ella durante todo el camino se la pasó vomitando. Me recordó cuando yo solía tener mis famosas crudas después de un día de juerga.
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