A fines de octubre de este año, al medio día de un rico sábado y justo cuando nos proponíamos a realizar una visita a nuestros centros comerciales favoritos, notamos que el la casa de enfrente habían dejado un perrito amarrado a una reja.
Mucho fue nuestro disgusto porque Lida me contó que había visto a una señora "paseando a su perro" esa mañana. Ahora nos damos cuentas de cuáles eran sus intenciones.
Obviamente no podíamos dejar a ese animalito así. Nos acercamos y la perrita estaba toda temblorosa y desconfiada, pero aceptó con gusto el agua y comida que le acercamos. Para no frustrar nuestros planes de paseo la subimos al coche y decidimos llevarla al veterinario, ya que también necesitaba un tratamiento para botarle los ácaros que la invadían.
Cara es su nombre y se quedó con nosotros para hacerle compañía a Samantha. Ambas viven en el interior de La Casa y a Cara le gusta mucho jugar con Yoyo, persiguiéndolo sin parar.
Mucho fue nuestro disgusto porque Lida me contó que había visto a una señora "paseando a su perro" esa mañana. Ahora nos damos cuentas de cuáles eran sus intenciones.
Obviamente no podíamos dejar a ese animalito así. Nos acercamos y la perrita estaba toda temblorosa y desconfiada, pero aceptó con gusto el agua y comida que le acercamos. Para no frustrar nuestros planes de paseo la subimos al coche y decidimos llevarla al veterinario, ya que también necesitaba un tratamiento para botarle los ácaros que la invadían.
Cara es su nombre y se quedó con nosotros para hacerle compañía a Samantha. Ambas viven en el interior de La Casa y a Cara le gusta mucho jugar con Yoyo, persiguiéndolo sin parar.
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