Gizmo

Yo no sé qué tan bueno sea el que la jefa nos deje de cuando en cuando su auto. Por una parte, viajamos cómodas al trabajo, pero por otra...

Nuevamente, transitando cerca de La Casa en la mañana nos encontramos en el camellón un cuerpecito inerte. Rápidamente regresé y Lida lo tomó con un trapo. A pesar de que al principio luchó por defenderse tuvo que sucumbir ante la diferencia de tamaño.

El gatito estaba lastimado pues su hocico presentaba llagas recientes; estaba extremadamente delgado, al borde de la desnutrición, con las encías casi blancas. Afortunadamente nuestro veterinario abre su local a las 8:30 de la mañana e inmediatamente nos dirigimos a entregarle al pequeño Gizmo (tal fue el nombre que elegimos en ese momento para él).

Estuvo internado alrededor de una semana y cuando nos lo llevaron a casa aún se veía extremadamente delgado. Calculamos que tendría como tres meses de edad. Adoptó un banquito como cama y hasta hoy duerme mucho.

A pesar de que vé jugar a los demás aún no presenta signos de curiosidad como para integrarse a los juegos.

Ya tendrá alrededor de una semana de estar en casa y apenas siente curiosidad por las cosas. Sin embargo ya pide un poco de apapacho y cada vez que entra Lida a la habitación se acerca hacia ella como esperando a que le sirva comida.

Al principio tenía mucha diarrea y el veterinario nos recomendó un tratamiento de 5 días con Eskapar, lo cual al parecer le sentó bastante bien.

A pesar de que nos encontramos muy preocupadas y atentas por su salud, tenemos muchas esperanzas de que sea un grande y robusto gato como sus hermanos. ¡Ah! Y como siempre, yo soy la encargada de asignar los motes: me encanta llamarlo Rabanito.