¡Awwhnn, despertamos!

Bien, después de prácticamente dos meses sin dar señales de vida por estos lares, al fin les pondremos al día.

Ciertamente que no fue porque algo malo hubiese ocurrido. Aunque la carga de trabajo aumentó un poco debido a la temporada navideña, era muy reconfortante llegar a casa a regañar a los terribles Malcriados.

Incluso nuestro veterinario nos llamó extrañado porque hacía varias semanas que no sabía de nosotros. Y es que afortunadamente no hubo ninguna emergencia ni nada qué lamentar sobre la salud de los mininos.

Eso sí, los últimos ocho jóvenes integrantes ya habían entrado en edad de merecer. Imagínense la labor de andar separándolos. Pero debido a que también teníamos un saldo pendiente con el Dr. Irwing (nuestro veterinario de cabecera) y ante la ya urgencia de enviar a estas bolas de pelo a esterilizar, tomamos una gran decisión: este año nuestro regalo de Navidad y fin de año fue solicitar un préstamo para pagar nuestra deuda y las ocho cirugías que estaban por venir.

El doctor nos ofreció ir por los mishos, operarlos y tenerlos listos para que pasáramos las navidades juntos y convalecientes. Pero para no sentirnos tan correteadas debido a que estábamos no sólo con el trabajo hasta el copete, sino que también estábamos corriendo realizando los regalos navideños para nuestros seres queridos, postergamos ese paso para cuando pasaran las celebraciones navideñas.

El miércoles 26 fueron por ellos y yo he sufrido porque mis bebés no estuvieran con nosotras para recibir el nuevo año. Pero el lunes por la mañana regresaron a casa y los hemos tenido más consentidos que nunca.

Los machitos: Ralphie, Monchito, Argus y Gizmo. Las hembritas: Opalina, Saskia, Miranda y Daria. De todos ellos, sólo Opalina y Saskia están guardando reposo por su operación. Los demás, como si nada.

Mi única preocupación ahora es Saskia, porque al parecer está un poco lastimada de una pata trasera, y aunque come y bebe agua y sus funciones biológicas al parecer van bien, la noto un poco decaida. Sin embargo quiero pensar que está tomando su recuperación en serio y se cuida con mucho reposo.

Otra noticia, en cuestión de comportamiento, es que muchos de los gatos que habitan en la sala y comedor de la casa, ahora quieren entrar a dormir a la recámara. Por lo pronto, la rusa Charlize ya escogió su aposento. Willow quiere hacer lo mismo, pero de cuando en cuando se le saca porque en ocasiones se pone rebelde. Jerry también entra y se le saca ocasionalmente. A Sugar se le dejó entrar, pero cuando regresaron los operados optamos por que regrese a la sala por unos días, mientras los demás se recuperan.

Y también estamos de mucha felicidad, porque Couché, quien desde que llegó a la casa es arisco y no se deja apapachar (pero cuando estamos comiendo bien que se acerca a pedir) ya tiene más confianza y deja que lo acariciemos, al grado de que se sube con nosotras para recibir cariño o para dormir alguna siestecita.

Como ven, estamos bien y listos para contarles mas gaturrencias.