
Este minino, a pesar de su magnífico nombre, es un dulce. Alguna persona malvada le cortó los bigotes y aún así busca la compañía humana. Nos maravilla lo noble que a veces pueden ser los animalitos.

Thor también tuvo su rigurosa revisión veterinaria, pero tuvo que quedarse un par de días porque sí cargaba un pequeño zoológico en su barriguita.

Y por las miradas tristes que nos proporciona me recuerda aquella canción infantil del Gato de Barrio que nuestro querido Cri-Cri compuso:
1 comentario:
¡Bienvenido! ¡Aquí te van a malcriar!
Publicar un comentario