Afortunadamente apareció Sugar, y fue la hermana ideal para Missy porque no se separaban.
Solíamos tener una cama king size la cual aún conservaba los plásticos de box spring. Ambas gatitas se pasaban horas jugando debajo de la cama y hasta reptaban boca abajo colgándose de las uñas a todo lo largo de la parte baja del box spring.
Hubieron días en los que yo me quejé que mi cuarto apestaba mucho a "dudu" de gato, aún que los areneros siempre se han limpiado 2 veces al día sin excepción... pero hasta la señora que limpiaba la casa también me comentó que sentía la peste pero no sabía de dónde venía.
Un día se me ocurrió sugerir que se eliminaran los plásticos de la cama y... ¡oh, sorpresa! Resulta que las gatitas tenían su propio baño personal ahí... ¡Guákala!!
Navidad del 2004... Ahhhh, Lida había planeado la decoración navideña con tanta ilusión! Estábamos felices porque ya teníamos cortinas nuevas de pvc que combinaban con la pintura exterior de la casa. El árbol lo pusimos encima de unas cajas cubiertas con tela y los demás adornillos (entre ellos un buzón de Coca-Cola) fueron puestos junto al árbol.
Cabe mencionar que después de esa Navidad decidimos jamás decorar la casa para esas épocas (ese año, Sugar se volvió una adicta al fomi: ¡hasta se lo robaba!)
Sugar es una gata muy vocal, y no pasa día sin que nos exija atención cada vez que llegamos a casa. Hay ocasiones en que dándole por su lado se porta muy bien, pero en otras es mejor no hacerle caso porque se porta muy impertinente.
Después de ser esterilizada, el pelaje de Sugar se fue oscureciendo y comenzó a jaspearse. A veces bromeamos diciendo que tiene bitilico.
Mmmm... recientemente se le presentó otra adicción: gusta mucho de lamer bolsas de plástico.
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