Kelly ha sido una de nuestras gatas que disfruta de desenrollar el papel del baño.
Sin embargo, a sus casi cuatro años de vida, a ella no le gusta socializar con los demás gatos de la casa. Siempre ha procurado buscar un lugar para ella sola, o compartir un espacio con algún otro gato no tan conflictivo que la deje vivir en paz.
Al principio compartió el "cuarto-taller" con algunos de los pequeños que fueron llegando a casa, ya que esa era la habitación que designábamos para cuando algún gatito nuevo llegaba. De esta manera lo aislábamos de los demás gatos; Kelly evitaba involucrarse en esos menesteres. Procuraba subirse al nivel más alto para dormir su siesta o contemplar afuera de la ventana.
Después descubrió que el baño, a puerta cerrada, era una excelente habitación. Y digo a puerta cerrada porque en tiempos pre-gatos y aún cuando sólo teníamos 4 o 5 de los peludos, solíamos dejar las puertas de las habitaciones abiertas, de esa manera los mininos exploraban toda la casa a gusto.
Conforme la familia fue aumentando tuvimos que implementar algunas medidas de disciplina en cuanto a los sectores de la casa y comenzar el juego de las puertas, elaborando horarios para poder estar en tal o cual habitación.
En cuanto Kelly descubrió el baño y lo adoptó como habitación propia tratamos de hacer su estancia lo más placentera posible, ya que dicho cuarto es extremadamente pequeño. En tiempos de calor (la mayor parte del año) no hay problema, ya que el piso de mosaico es fresco. Pero cuando caen las heladas de invierno (algunos de nuestros lectores extranjeros se burlarán de eso) comenzamos a preocuparnos por colocar cobijas y almohadas para que duerman los pirixientos, ya que lo que caracteriza nuestro invierno es la combinación de la baja de temperatura con la extrema humedad que proporciona nuestra situación geográfica.
De cualquier manera, Kelly duerme en el baño y sale de vez en cuando a visitar el taller o la otra habitación. Sin embargo, en varias ocasiones desenrrolló el papel de baño ocasionándome un disgusto porque yo consideraba esa actitud como desperdicio hacia tan preciado artículo de uso personal. Pero este invierno, y a pesar de que la gata cuenta con una almohadita para dormir, nos dimos cuenta que tal actitud se debía a que desenrrollaba el papel para hacerse de otra camita, supongo que más cálida y cómoda.
¡Bingo! Ahora Kelly cuenta con una cajita de cartón (¡le encantan!) a la cual le colocamos una capa de papel higiénico. ¡Tadá! No ha vuelto a desenrrollar el papel.
Pirixiento - Pirix, en lengua maya, se refiere a donde la espalda pierde su buen nombre.
5 comentarios:
Es cierto, si los humanos se fijan bien siempre hay una razón para nuestras conductas. Lindo ejemplo.
Saludos felinos.
Que bonita historia la de Kelly.... mi gato Morris tambien le gusta
desenrollar el papel del baño, pero el lo hace solo por diversion jeje
Es muy bonita Kelly
Uy! Creo que yo soy muy antisocial y no me imagino compartir mi casa y mis cosas con otros gatos.
No es lo mio desenrollar el papel ,lo mio es sacar las flores secas del florero de mamá
Luna
=^.^=
Ahora que hay nuevos gatitos, el resto se está portando muy extraño. Los gatos son tan especiales!
Todos los gatos malcriados que salen en este blog vivien contigo? vaya! nos consuela saber que no somos los únicos.
Por cierto, ya incluímos tu banner.
Besos de las cucarañas!
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