Ralphie

El televisor de mi cuarto estaba descompuesto, lo cual para mí representa una tragedia, ya que yo no puedo vivir sin la caja idiota y, peor aún, sin la más idiota programación de Cablemás. Debido a que el armatoste pesa horrores y se colocó en una base empotrada a la pared se nos hacía prácticamente imposible bajarlo y llevarlo con algún técnico, así que tuve que recurrir a algunas viejas amistades para lograr que un especialista confiable viniera a repararlo a domicilio.

Afortunadamente todo salió bien y sin gran sangrado del bolsillo. Pero esa tarde, precisamente en el momento que agradecíamos y despedíamos a este nuevo héroe, un rapaz pasaba por ahí llevando un pequeño cuerpecito blanco.

Al ver esto, Lida atajó al niño preguntándole si ese animalito era suyo. Resulta que el pequeño acababa de salvar al gatito de las fauces del perro de un amigo, pero no tenía dónde llevarlo. Así que inmediatamente fue tomado bajo nuestra protección.

Este gatito debe tener más edad a pesar de su tamaño. No sabemos hacía cuánto tiempo no probaba alimento y gritaba ferozmente que todavía quería vivir. Lo único que nos preocupó fue una constante diarrea, por lo que decidimos ingresarlo en la veterinaria por algunos días para que se recuperara.

Es una pequeña "rata blanca" al cual llamamos durante algunos días "Nené", antes de decidirnos por su nombre definitivo: Ralphie, recordando aquella película navideña A Christmas Story, que nos ha hecho reir cada vez que la vemos.

Ralphie estuvo una semana en la veterinaria y hoy ya lo tenemos en casa tratando de que recupere esos días en que no se alimentó bien.