Los Gatos y Perros Malcriados no existirían si no fuera gracias a la influencia que nos llegó desde las playas de Cancún. Pero hablar de los Primos de Cancún me llevará muchas palabras, tantas que mejor hago varios posts dedicados a ellos.
Pero, ¿porqué hablar tanto acerca de ellos? Les llamamos Primos, pero en realidad sentimos que son nuestros Hermanos. Y aunque por situaciones laborales y personales no mantenemos tanto contacto como quisiéramos, ahí como aquí sabemos que existe esa hermandad y vínculo entre todos nosotros. Y precisamente por su importancia me he demorado demasiado en contar de ellos; pero al fin les tengo sus historias.
Y es nuestro gran anhelo que las lean de principio a fin, detenidamente, para que nos conozcan mejor a todos.
Tal como contamos en el primer post de este blog, nosotras hicimos un viaje especial para ir por Kelly. En ese entonces, en el 2003, nuestras amigas Frida y Lupita ya habían adoptado a su primera gatita, Maya.
He de hacer mención que Lupita, o como cariñosamente la llamamos, La Comadre y yo, coincidíamos en que no nos agradaban los gatos. Pero así como Kelly me conquistó, Lupita fue dominada por Maya. Y ahí comenzó la labor animalística de Lupita. Al principio, Frida era la encargada de "dejar accidentalmente" fuera de la casa pequeñas raciones de alimento "para aquel animalito desamparado que tuviera hambre".
Pero leamos la historia tal como escribió la propia Frida en ese entonces:
Maya nació por el 10 de octubre de 2002, es la fecha que le calculamos cuando la encontramos en una casa abandonada del centro de Cancún, un 31 de octubre de ese mismo año. Parecía tener apenas 3 semanas de nacida; apenas podía caminar y, como pudo, llegó hasta mí, casi arrastrándose y llorando a todo pulmón pidiendo ayuda. Por supuesto que no tuvimos corazón para dejarla ahí. Se le veía desnutrida; quién sabe cuánto tiempo llevaba sin comer.
A partir de ahí fue como tener un bebé en casa: biberones, desvelos, desmañanadas, ayudarla a hacer del baño (casi como cambiar pañales), probar un sinfín de dietas para que no enfermara de su pancita, enseñarle a usar su arenero, ¡y todo lo que implica tener bebé en casa!
Pensábamos que no sobreviviría, incluso la veterinaria lo dudaba. ¡Pero la libró! Y aquí está, grande y sana y consentida... es la reinita de la casa.
"Maya, ejecutiva (tres meses de edad), enero 2003".
-¡Ningún gato más en casa después de Maya!- dijo Lupita, a quien no le gustan (aban) los gatos, y quien le leyó la cartilla a Maya antes de entrar a la casa... Y quien ahora la adora y la consiente como a la reinita que es.
Desde que llegó a casa, Maya sólo convivió con sus hermanos: Pancho y Sams, y creció aprendiendo sus mañas y comportamientos, creyendo que eran de la misma especie. Poco le faltó a Maya para aprender a ladrar... Además de sus croquetas (para gato) todas las mañanas sale al patio a comer con sus hermanos (croquetas para perro) y a jugar con el Pancho; se le cuelga de los chinos y el Pancho la arrastra por todo el patio, o se corretean uno al otro.
En una ocasión la encontré en la calle correteando a una señora que pasó frente a la casa con sus dos hijas. Señora e hijas estaban pasmadas y aterradas frente a la casa y Maya erizada las amenazaba con echárseles encima, casi casi ladrándoles. Entonces yo, con toda la pena del mundo, salí a meter a casa a mi gatita linda, disculpándome con la señora, mientras mi preciosa gata se me prendía de la ropa con todas sus garritas; muy amenazante ella y protectora de su hogar...
Sí, Maya tenía en ese entonces dos hermanos caninos: Pancho y Sam's:
Y digo tenía, porque ahora son tres, ya que posteriormente llegó Sasha, otra Golden Retriever.
Pero, ¿porqué hablar tanto acerca de ellos? Les llamamos Primos, pero en realidad sentimos que son nuestros Hermanos. Y aunque por situaciones laborales y personales no mantenemos tanto contacto como quisiéramos, ahí como aquí sabemos que existe esa hermandad y vínculo entre todos nosotros. Y precisamente por su importancia me he demorado demasiado en contar de ellos; pero al fin les tengo sus historias.
Y es nuestro gran anhelo que las lean de principio a fin, detenidamente, para que nos conozcan mejor a todos.
Tal como contamos en el primer post de este blog, nosotras hicimos un viaje especial para ir por Kelly. En ese entonces, en el 2003, nuestras amigas Frida y Lupita ya habían adoptado a su primera gatita, Maya.
He de hacer mención que Lupita, o como cariñosamente la llamamos, La Comadre y yo, coincidíamos en que no nos agradaban los gatos. Pero así como Kelly me conquistó, Lupita fue dominada por Maya. Y ahí comenzó la labor animalística de Lupita. Al principio, Frida era la encargada de "dejar accidentalmente" fuera de la casa pequeñas raciones de alimento "para aquel animalito desamparado que tuviera hambre".
Pero leamos la historia tal como escribió la propia Frida en ese entonces:
Maya nació por el 10 de octubre de 2002, es la fecha que le calculamos cuando la encontramos en una casa abandonada del centro de Cancún, un 31 de octubre de ese mismo año. Parecía tener apenas 3 semanas de nacida; apenas podía caminar y, como pudo, llegó hasta mí, casi arrastrándose y llorando a todo pulmón pidiendo ayuda. Por supuesto que no tuvimos corazón para dejarla ahí. Se le veía desnutrida; quién sabe cuánto tiempo llevaba sin comer.
A partir de ahí fue como tener un bebé en casa: biberones, desvelos, desmañanadas, ayudarla a hacer del baño (casi como cambiar pañales), probar un sinfín de dietas para que no enfermara de su pancita, enseñarle a usar su arenero, ¡y todo lo que implica tener bebé en casa!
Pensábamos que no sobreviviría, incluso la veterinaria lo dudaba. ¡Pero la libró! Y aquí está, grande y sana y consentida... es la reinita de la casa.
-¡Ningún gato más en casa después de Maya!- dijo Lupita, a quien no le gustan (aban) los gatos, y quien le leyó la cartilla a Maya antes de entrar a la casa... Y quien ahora la adora y la consiente como a la reinita que es.
Desde que llegó a casa, Maya sólo convivió con sus hermanos: Pancho y Sams, y creció aprendiendo sus mañas y comportamientos, creyendo que eran de la misma especie. Poco le faltó a Maya para aprender a ladrar... Además de sus croquetas (para gato) todas las mañanas sale al patio a comer con sus hermanos (croquetas para perro) y a jugar con el Pancho; se le cuelga de los chinos y el Pancho la arrastra por todo el patio, o se corretean uno al otro.
En una ocasión la encontré en la calle correteando a una señora que pasó frente a la casa con sus dos hijas. Señora e hijas estaban pasmadas y aterradas frente a la casa y Maya erizada las amenazaba con echárseles encima, casi casi ladrándoles. Entonces yo, con toda la pena del mundo, salí a meter a casa a mi gatita linda, disculpándome con la señora, mientras mi preciosa gata se me prendía de la ropa con todas sus garritas; muy amenazante ella y protectora de su hogar...
Sí, Maya tenía en ese entonces dos hermanos caninos: Pancho y Sam's:
Y digo tenía, porque ahora son tres, ya que posteriormente llegó Sasha, otra Golden Retriever.
2 comentarios:
Qué linda está Maya y ha crecido un buen... quiero saber más me han dejado picaa...
Yo creo que mañana publico otra parte;)
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